Platos con mejillones congelados - 7 recetas de cocina

Cocinar mejillones congelados tiene sus propias características y sutilezas que conviene seguir. Este catálogo presenta las mejores recetas con descripciones detalladas y fotografías paso a paso.

Platos con mejillones congelados

Los mejillones congelados se venden en las tiendas con o sin concha. A diferencia de los frescos, tienen sus propias reglas de preparación. En primer lugar, debes recordar que una vez que hayas descongelado estos mariscos, ya no podrás congelarlos. La congelación secundaria afecta negativamente el sabor del producto.

La segunda regla importante es una descongelación adecuada. Es mejor prepararlo en el frigorífico, en el estante más bajo (o donde se mantenga la temperatura máxima). Es bueno dejar los mejillones allí durante la noche; durante este tiempo adquirirán el estado deseado.

La tercera regla es elegir una receta de mejillones congelados. Es recomendable llevar uno en el que se prepare el mismo producto que tienes. Es decir, si se trata de mariscos, coger la receta adecuada.

La buena noticia para las amas de casa apresuradas es la siguiente: si los mejillones están cocidos, no es necesario descongelarlos en absoluto. Su carne hervida será una base excelente para ensaladas, aperitivos fríos, salsas, sopas y platos principales. Los mejillones congelados no deben cocinarse más de cinco minutos. De lo contrario, la carne se volverá gomosa.

Es mejor freír estos productos descongelados, para que no quede en la sartén más líquido del necesario. Pero puedes guisarlo así.

Durante el tratamiento a altas temperaturas, las conchas de los mariscos deben abrirse. Si esto no sucede, puedes ayudarlos mecánicamente (doblar las solapas con un cuchillo) o tirarlos.

El contenido calórico y la composición mineral de los mejillones congelados se mantienen esencialmente sin cambios. Los mejillones son ricos en vitamina B12, manganeso, hierro, fósforo, sodio y zinc. Contienen calcio, magnesio, cobre, vitaminas K, PP, E, A y del grupo B.