Desde pequeña, la cocina ha sido para mí un lugar mágico: el aroma de los productos recién horneados, una madre que amasaba la masa con amor y una abuela que contaba historias mientras preparaba borscht. La familia siempre se reunía alrededor de la mesa y esos momentos me enseñaron a valorar la comida como algo más que nutrición. Viajar a muchas cocinas diferentes alrededor del mundo me da la inspiración que se encuentra en cada receta. Mi objetivo es demostrar que la cocina es accesible para todos y que cualquiera puede cocinar con amor, independientemente de su experiencia.
Me gradué de la facultad de Artes culinarias y hotelería internacional en Schiller International University.